OLVIDA EL DINERO: 4 COSAS QUE MOTIVAN A LOS MILLENNIALS EN EL TRABAJO



La globalización de la economía y los mercados han creado un contexto cada vez más competitivo de las empresas, con independencia del sector al que pertenezcan. Por eso es fundamental contar con el mejor equipo humano, cuyos miembros den lo mejor de sí mismos y sean capaces de desarrollar al máximo sus habilidades y competencias, tanto a nivel personal como colectivo. Todos los expertos coinciden en que esto sólo puede conseguirse mediante grandes dosis de motivación laboral.

La motivación laboral evoluciona

La preocupación de los responsables de las empresas por mantener motivados a sus empleados no es, ni mucho menos, nueva. Es un tema que comenzó a abordarse a comienzos del siglo XIX, y puede que antes. Desde un punto de vista teórico, Frederick Taylor realizó, en 1910, un riguroso estudio sobre los métodos para aumentar la eficiencia en el trabajo, que denominó Scientific Management. En este ensayo se abordan temas muy novedosos para la época como: la importancia de consensuar entre los empresarios y los obreros la organización del trabajo o la necesidad de establecer un sistema salarial relacionado directamente con el desempeño de cada empleado.
A partir de aquí, las teorías sobre motivación laboral han ido evolucionando y adaptándose a los cambios históricos y sociales. Poco a poco se han ido configurando nuevos métodos para promover y mantener la motivación, basados en las necesidades psicológicas de las personas, como el deseo de reconocimiento y de seguridad y aspectos como el bienestar o la salud laboral.

El dinero ya no es lo más importante

De la mano de los trabajadores jóvenes, la generación millennial, los factores determinantes en la motivación laboral hoy en día ya no están tan ligados (o al menos no exclusivamente) a los incentivos monetarios.
A los nuevos empleados, cada vez más preparados y educados en unos valores diferentes, les motivan otras cuestiones, entre las que destacan estas cuatro:
  • La autonomía en el trabajo. Cuando un empleado tiene la suficiente libertad para tomar decisiones y organizar su trabajo sin depender en todo momento de la aprobación de su superior, se vuelve más activo y creativo, lo que redunda en un trabajo de más calidad y rentabilidad.
  • La flexibilidad. Entendida en su modo más amplio: de funciones, objetivos, horarios, métodos de trabajo, etcétera.
  • El networking. Un estudio de LinkedInI entre empleados españoles sitúa a los actos y eventos de networking como la mejor manera de desarrollarse profesionalmente y poner en marcha proyectos interesantes.
  • La motivación trascendente. Además de la motivación intrínseca (la que proviene de uno mismo) y de la extrínseca (factores externos), la nueva hornada de trabajadores sienten una gran satisfacción por formar parte de una empresa que promueva valores solidarios, de defensa del medio ambiente y de la justicia económica y social. Es lo que se conoce como motivación trascendente.

La importancia del employer branding

Al principio del post hablábamos de competitividad entre las empresas, factor trascendental a la hora de conseguir y, en especial, mantener dentro de sus plantillas a los mejores profesionales.
El talento es muy bien preciado y a los mejores empleados les llueven las ofertas laborales, incluso aunque no se encuentren en búsqueda activa de empleo, gracias a plataformas profesionales como LinkedIn.
Por ello, y este es otro de los rasgos novedosos en el área de la motivación laboral, las empresas deben fomentar una imagen de buen empleador: es lo que se conoce como employer branding. La clave está en que los empleados (presentes y futuros) vean nuestra empresa como un lugar agradable, donde prime el buen ambiente y las oportunidades laborales, sea posible conciliar la vida familiar y entre la filosofía de la empresa se encuentren la defensa de los valores justos y respetuosos con la naturaleza y las personas.
Recuerda que productividad laboral y motivación son dos conceptos inseparables. Ya no es posible mantener unos buenos niveles de calidad en el trabajo, ni poner en marcha acciones de mejora continua, si nuestros empleados no  están a gusto ni tienen claro que se encuentran en el mejor sitio para desarrollar su proyecto, tanto profesional como vital.

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