Conoce las características que favorecen el éxito de quien inicia un negocio. La humildad y la habilidad para negociar son algunas de ellas.
Algunos emprendedores nacen, otros se hacen. Sin embargo, existen algunas características que pesan más que la educación, contexto, habilidades y experiencia. Conocer tus fortalezas y debilidades, antes de iniciar un negocio, te permitirá anticiparte a los problemas y contar con el apoyo de personas (socios) cuyas cualidades te complementarán.
La clave del éxito es elegir; tomar la oportunidad adecuada para tu tipo de personalidad y escoger al equipo correcto para aprovecharla.
Angélica Rodríguez, directora del Centro de Consultoría en Innovación Empresarial del Tecnológico de Monterrey, explica que quienes buscan iniciar un negocio propio deben contar con ciertos rasgos.
1. Creatividad e innovación. Un negocio exitoso se renueva constantemente y busca sorprender a su mercado. Para ello, debes buscar fuentes de inspiración y tener una mentalidad global.
2. Iniciativa y decisión. Las oportunidades son de quien las aprovecha, debes saber identificarlas y no dejarlas pasar. Una idea no sirve de nada si no se comparte y aterriza.
3. Tolerancia y adaptación a los cambios. El mundo de los negocios se encuentra en constante evolución, los emprendedores deben saber lidiar con el fracaso y adecuarse a su entorno.
4. Organización y disciplina. Cumplir metas y fechas límite es necesario para tener éxito. Esto sólo se logra si te apegas a un calendario y trabajas con orden.
5. Liderazgo. Estar al frente de un negocio implica tener la capacidad de inspirar y guiar a otras personas. Debes saber comunicar tus objetivos y valores.
6. Habilidad para negociar. Tratar con otras personas y empresas no es una tarea sencilla. Debes encontrar un punto medio entre mantener tu postura y ceder, busca una relación ganar-ganar.
7. Resistencia física. Iniciar un negocio propio generalmente implica mayor esfuerzo, horarios impredecibles y carga de trabajo variable.
8. Humildad. Una persona soberbia puede caer en errores que pongan en riesgo su negocio. Reconocer tus límites es básico para sobrevivir.
9. Administración efectiva. No es necesario ser experto en finanzas. Sin embargo, debes tener disciplina para manejar tus recursos de manera adecuada. Haz una proyección financiera y apégate a tu presupuesto.
10. Pasión y motivación. Puede ser que en distintas ocasiones sientas deseos de tirar la toalla. Si te gusta lo que haces y estás convencido de que es un buen proyecto, tendrás los motivos necesarios para seguir día a día.
La especialista asegura que existen cuatro tipo de emprendedores, dependiendo de las circunstancias bajo las cuales iniciaron su negocio:
Clásico. Es el más común. Generalmente inicia por necesidad, es decir, se ve obligado a identificar oportunidades. Busca emprender porque tiene poca satisfacción laboral y quiere un negocio que le permita crecer (ya sea personal o profesionalmente).
Por azar. Cuando las circunstancias y experiencias le dan una idea que se puede volver un negocio. Son personas atentas a su entorno, analíticos y adaptables.
Creativo. Son personas que, probablemente sin intención, inventaron algo con posibilidades de convertirse en negocio. El problema con ellos, es que se aburren fácilmente y no les gusta la rutina de estar al frente de una empresa.
Inversionista. Aquellas personas que cuentan con capital y deciden emprender al invertir en el proyecto de otra persona. Para ellos la satisfacción no está en la creación, sino en la rentabilidad.
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