Salmos 97:10-12 dice: “¡Ustedes, los que aman al Señor, odien el mal! Él protege la vida de sus justos y los rescata del poder de los perversos. La luz brilla sobre los justos, y la alegría sobre los de corazón recto. ¡Que todos los justos se alegren en el Señor y alaben su santo nombre!”.
La luz del Señor brilla para traernos la claridad que necesitamos, él responde a los que lo aman con alegría, luz y protección. Cuando nacemos de nuevo y somos restaurados por la sangre de Cristo, tenemos acceso a la luz de Dios. Jesús dijo que Él es la luz del mundo, y nos enseña que podemos vivir tranquilos y confiados, sabiendo que ha reservado para nosotros sus promesas, que son nuestra herencia, por eso alégrate hoy, porque el Señor te ha librado de todo mal, su sangre te ha cubierto y ha roto toda cadena, deja que el Señor te guíe, pide y espera su ayuda; porque su palabra dice que Él protege la vida de sus justos y los rescata del poder de los perversos. No temas, porque luz y alegría ha sido reservada para ti, la revelación de su amor y sus palabras, llenarán tu vida, te darán fortaleza para vencer la dificultad y estar de pie. Su promesa es fiel y verdadera, si vives confiando, buscando al Señor, te guardará en todos tus caminos para que tus pasos no tropiecen.
Oremos así:
“Padre Celestial, gracias porque me has librado con la preciosa sangre de Cristo y ahora eres mi luz, mi alegría y protección. Me haces vivir confiado y seguro. Viviré en tu poder disfrutando de las bendiciones que me das cada día, en el nombre de Jesús. Amén”
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