Algunos individuos al no concretar sus sueños se frustran y caen en depresión, alcoholismo, drogas incluso algunos llegan a suicidarse. El señor a todos nos ha dado un incentivo, una pasión, un deseo de lograr algo importante en nuestro paso por la vida, en realidad no estamos de paso, estamos para construir cada día el propósito de Dios para nuestras vidas.
De pequeños, los hombres y mujeres están llenos de una imaginación maravillosa. Al pasar los años vamos perdiendo la capacidad de imaginar y soñar. Sin embargo esa capacidad de imaginar y soñar es un don del cielo para nosotros.
Ninguna especie en la tierra posee esta cualidad maravillosa. Dios ha puesto las semillas de su propósito en el suelo de tu imaginación. Pero poseer una semilla no es suficiente para que ésta fructifique. Para lograr esto es necesario un proceso de siembra y cuidados pertinentes para así poder cosechar grandes frutos.
Dios hace todas las cosas basado en los principios de su reino. Cuándo actuamos con fe y ejecutamos o nos movemos en los principios de su reino poseemos la llave para abrir los tesoros celestiales. José era un soñador…” Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo.
Y se dijeron unos a otros: Aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: “Una fiera lo devoró.” Entonces veremos en qué quedan sus sueños. (Génesis 37:18-20)
El mundo resiste a los “soñadores”. Odiaron a José porque él se veía a si mismo haciendo grandes cosas en el futuro, y tenía la fe de que Dios convertiría todos sus sueños en realidad. Fueron los sueños de José los que le ocasionaron tantos problemas y fue su capacidad de entender los sueños lo que finalmente lo sacó de su aflicción, elevándose hasta llegar a ser el gobernador de Egipto.
Se necesita coraje para atreverse a ser un soñador. Toda realidad comienza con un sueño.
Para que este proyecto se cumpla son necesarias varias cosas pero una de las más importantes es que busques a Dios con todo tu corazón y seas fiel como José.
Permanece conectado a Él por medio de tu relación con Jesucristo y mantén una vida en orden, siendo agradable ante sus ojos, dedicando cada día un tiempo para fortalecer tu fe por medio de la oración y la lectura de la biblia, y al estar en sintonía con el Señor será más fácil seguir sus directivas y el ira impregnando en tu espíritu sus deseos y su voluntad, guiándote de esta manera , paso a paso en esta gran aventura de conocer y cumplir el plan de Dios para tu vida.
Di conmigo: “querido padre celestial, hay sueños en mi corazón, en tu nombre Jesucristo enfrento cualquier oposición, envidia y estrategia maligna que me quiera detener. Tú me das fortaleza, visión y me capacitas para lograr grandes victorias, lo pido en el nombre de Jesús, Amen”.
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