Por John Hagee
Hoy me gustaría hablarles sobre el Libro de Habacuc, él es un profeta del Antiguo Testamento. Teológicamente está considerado como un profeta Menor, pero él fue un individuo muy importante porque aunque sus escritos fueron encontrado en las historias del Antiguo Testamento cuando Israel estaba enfrentando grandes amenazas por parte de los babilónicos, posee información que podemos traer al tiempo actual en el mundo en que estamos viviendo.
Habacuc fue el profeta que hizo una pregunta que muchos de nosotros hemos hecho cuando estamos pasando por una prueba y esta es: ¿cuánto tiempo va esto a durar?
En Habacuc 1:1, 2 el profeta le dice al Señor: ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? Tenemos un problema, el profeta dice Señor oro y no escuchas mis oraciones, estoy de rodillas y no creo que me estás oyendo, te estoy exponiendo todos estos problemas que están ocurriendo aquí en la tierra y no creo que tú los estás viendo. Y cuando leemos estas palabras se no hace difícil entender cómo un individuo puede cuestionar a Dios. Y empezamos a pensar en las promesas de que todas las cosas nos ayudan a bien pero como Dios va a extraer lo bueno de tanta maldad, nos preguntamos.
Pero para entender bien las palabra del profeta debemos entender que él estaba hablándole a Dios, él estaba abriéndole su corazón, pero él no estaba hablando en contra de Dios y hay una diferencia en ello. En tu relación con Dios tú puedes hablar con Él, pero nunca hables en contra de Él. Habacuc entendía esto y lo que estaba diciéndole fue, estoy aquí abajo haciendo lo que se supone debo hacer, ¿estamos de a buenas verdad Señor? Quizás tus preguntas están más relacionadas a cosas personales como que quizás tienes problemas en tu hogar, quizás es en tu matrimonio o tal vez con tus hijos, en tus finanzas y le dices Señor si se supone que tu suples todas mis necesidades y ves esta necesidad, ¿cuál es la solución?
Habacuc en el Capítulo 1 se estaba enfocando únicamente en el problema y estos son los momentos que Satanás usará para que tengamos duda en nuestro corazón. En una ocasión estuve hablando con un ateo, agnóstico quien sacó todo su arsenal de razonamientos en contra de mi fe y me preguntó ¿Crees que Dios es siempre bueno y poderoso? Entonces por qué permite la maldad? Yo le dije, bueno este es un mundo caído. A lo que me contestó: entonces si El es siempre bueno y permite la maldad entonces no es del todo poderoso para detenerla.
La verdad es que Dios si es todo poderoso y bueno porque si El deseara detener la maldad en un momento, El lo podría hacer, pero además de ser poderoso y bueno El es misericordioso a lo que le doy las gracias porque en su poder si El quisiera desaparecer la maldad por completo ninguno de los que estamos aquí veríamos mañana la salida del sol nuevamente. Pero El, en su misericordia nos permite tener un día más para resolver nuestra maldad. La palabra dice que “su misericordia es nueva cada mañana”.
Es por eso que no debemos enfocarnos únicamente en la maldad que hay en el mundo, sino en lo que Dios hizo con esa maldad al enviar a su hijo a la cruz del Calvario para tomar toda esa maldad, la mía y la tuya sobre sí mismo.
Habacuc estaba viendo todo lo malo que sucedía a su alrededor en aquel entonces, pero Dios le dice que tenga una nueva perspectiva sobre lo que estaba ocurriendo. Así que en el capítulo 2 Habacuc
cambia su tono y dice: “Estaré atento y vigilante” Se da cuenta que como profeta tiene la responsabilidad de estar pendiente de su Nación en lugar de estar preocupado por este problema aquí abajo. Entonces el recibe una perspectiva más elevada cuando decide tomar su lugar y cumplir con su llamado.
¿Sabe qué es lo mejor que usted puede hacer como cristiano frente a los problemas del mundo? Elevar su perspectiva y cumplir con su llamado no quedándose en el relajo del mundo. La palabra dice que estamos sentados en lugares celestiales junto a Jesús. Y desde ese lugar podemos acceder al Padre, como Jesús va al Padre e intercede y empezar a ver las cosas como las ve el Padre y empezar a entender cómo todo van a resultar todo al final.
Es así como en el capítulo 1 Habacuc pregunta ¿Cuánto va a durar? Pero en el Capítulo 2:2 y 3 dice: escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido. Pues se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.
Desde una perspectiva elevada Habacuc pudo escuchar la respuesta de Dios. En el capítulo 1 Habacuc no cree que Dios esté hablando pero en el momento en que cambia su perspectiva y deja de mirar el problema y empieza a mirar por encima el problema, él logra escuchar la respuesta de Dios. Dios siempre tiene una respuesta. La palabra dice: “Clama a mí y te responderé” Jeremías 33:3. El problema no es si Dios tiene o no una respuesta, el problema es estamos escuchando la respuesta que Él tiene. Dios tiene una respuesta todo el tiempo. Cuando Habacuc estaba enfocado en el problema, no pudo escuchar lo que Dios tenía para decir. Tú puedes mirar el problema o puedes mirar por encima del problema. Habacuc reconoce que el problema iba a durar por un periodo de tiempo y ese es un lugar difícil para que un cristiano esté. Hay temporadas en las que Dios usa las tormentas y tienes que acostumbrarte a eso. Los problemas son las clases en las que Dios te enseña fortaleza. En el Salmo 119: 71 nos dice que es bueno el haber sido afligidos y David dice que allí aprendió sus estatutos. Los problemas son los lugares donde aprendemos cómo Dios desea usarnos en esta vida. El problema es que cuando vemos las tormentas en nuestras vidas nos empezamos a preocupar por las nubes y las grandes olas y el viento pero en el Salmo 104 dice que El Señor está por encima de las tormentas. Jesús enseñó a sus discípulos sobre esto cuando permitió la tormenta en la barca que iban para enseñarles fe. Antes de que empezara esta experiencia con la tormenta el Señor les había dicho: “vamos a cruzar al otro lado”. Si ellos hubieran escuchado bien lo que dijo y hubieran creído no habría importado las olas y los vientos que se levantaron. Los problemas es donde Jesús te enseña a dejar de preocuparte por las tormentas y empezar a hablar con el Dios que está por encima de los vientos y las olas.
Con una nueva perspectiva viene la paciencia. Cuando uno desarrolla paciencia no te preocupas por lo que no está pasando sino piensas en lo que va a pasar. Hay una promesa que viene con la paciencia, la perspectiva te lleva la paciencia y la paciencia nos lleva a la promesa. Necesitamos saber algo a cerca de la fe que tenemos. Nuestra fe no se construye sobre la explicación, nuestra fe está establecida sobre las promesas. Esta perspectiva ¿qué habla a nuestras vidas? Sus promesas para ti, son tuyas y son verdad. Quizás Dios no nos explique la tormenta, quizás no explique el por qué pero nos va a dar la esperanza y el qué. No necesito la explicación del por qué y nuestra esperanza está en lo que El está haciendo.
Habacuc cambió tu perspectiva con paciencia espero la promesa y mientras tanto se requirió su participación. No se quedó en el problema subió a la presencia del Señor para ver lo que Dios veía. Habacuc cambió su perspectiva y esto lo llevo a ver algo que no había visto antes.
En Habacuc 2:20 leemos el final del segundo capítulo: “Señor está en su santo templo; ¡guarde toda la tierra silencio en su presencia. ” Habacuc está viendo el cielo, está viendo a Dios en su Santo Templo así que sin importar lo que pase aquí abajo guardemos silencio porque El está por tomar una decisión. El se da cuenta que no hay nada en este mundo que sea tan grande que El no pueda resolver. Sin importan cual sea tu problema no hay nada que el Dios al que adoramos no pueda cambiar. Después de cambiar su perspectiva Habacuc termina el libro diciendo en el capítulo 3:17 “Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos”. El está diciendo aunque nada cambie. Si aquel problema del capítulo 1 no mejora, si la maldad continúa y no veo que nada mejore ni que nadie haga nada al respecto, como mi perspectiva del problema cambió lo que haré es “regocijarme en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación” Habacuc 3:18. No importa lo que pase aquí en el tierra, Dios es grande y lo alabaré, está en su Trono, es aun el proveedor, El es la victoria de mi vida, El es la esperanza de mañana.
Cuánto tiempo durará no tiene que ver con horas, días, semanas, meses o años, cuánto va a durar tiene que ver con cuánto tiempo te enfoques en el problema en lugar de en El que resuelve el problema. Se acaba cuando dejas de verlo y lo ves a El por encima del problema y dirás yo me regocijaré en el Dios de mi salvación.
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