Por Joyce Meyer
¿Cómo te sientes con tu vida? ¿Podrías decir que la amas? ¿O solamente logras terminar cada día, soportando las cosas que no quieres hacer, aguantando las cosas que te frustran, deseando tener la vida de alguien más?
¿Realmente crees que finalmente un día serás feliz… cuando tengas esto o lo otro?
Es un error ir a través de la vida pensando que podemos ser felices hasta que tengamos algo que queramos o hasta que nuestras circunstancias cambien. La verdad es que siempre vamos a encontrar algo que nos haga sentir infelices hasta que aprendamos a estar felices en el Señor.
Yo sé esto por experiencia personal. Yo tuve un muy mal inicio en mi vida, y eso me hizo sentirme miserable, enojada una persona insegura que no confiaba en nadie porque creía que si yo no cuidaba de mí misma, nadie lo haría. Y eso provocó que fuera muy egoísta y enfocada solo en mí misma.
Pero Dios no nos creó para vivir vidas egoístas, intentando todo el tiempo obtener lo que queremos. El puso el deseo de satisfacción en nosotros, pero no vamos nunca a experimentar realmente Sus bendiciones –Su paz, gozo, amor, y todas las cosas buenas que El quiere darnos- si vivimos con la mentalidad ¿Qué de mí?
Juan 10:10 dice, “El ladrón solo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan en vida, y para que la tengan en abundancia.” (al máximo, hasta que desborde).
El enemigo, el diablo- quiere robar nuestro gozo y destruir nuestras vidas. Pero Jesús vino y murió en la cruz para darnos vida abundante, “¡al máximo, hasta que desborde!” Y es una tragedia cuando cristianos nacidos de nuevo no disfrutan sus vidas porque ellos tienen la mentalidad de “ estoy apenas lográndolo, esperando hasta que Jesús venga a buscarme.”
Si tú eres un infeliz y deseas amar tu vida, una clave es hacer un ajuste de actitud.
Teniendo una actitud negativa, crítica y sintiendo pena por nosotros mismos solo empeoramos la situación. Todos tenemos cosas sobre las que podemos quejarnos, pero no nos hace nada bien, solo perdemos nuestro tiempo y energía cuando lo hacemos.
Tomemos la determinación de tener una actitud agradecida en el día a día de nuestra vida. Agradezcamos a Dios por las cosas buenas en las que puedas pensar ahora, y activamente busca más cosas que puedas añadir a esa lista cada día. Esto te ayudará a estar enfocado en la bondad de Dios.
Otra manera de mejorar tu actitud es quitar tu mente de ti mismo y pensar en otros más. Pregúntale a Dios cómo puedes ser una bendición y ayudar a mejorar la vida de alguien más. Cuando estamos prestando más atención a la vida de otros, fácilmente podemos encontrar que hacer, quizás sea dar una palabra de ánimo o un elogio, quizás un acto de bondad o un abrazo. Realmente no hay límite en la forma en que podemos mostrar el amor de Dios a alguien alrededor nuestro.
Y cuando realmente entendamos cúanto nos ama Dios y compartamos ese amor con otros, entonces podremos amar la vida que vivimos.
Joyce Meyer es una reconodica oradora, conferencista, autora y maestra de la palabra de Dios. Traducido por avanzapormas.com fuente original: joycemeyer.org/everydayanswers/ea-teachings/the-major-key-to-having-a-great-life
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