El alza de los precios de la gasolina, el inminente incremento de la inflación y la depreciación del peso afectarán la cuesta de enero.
Este 2021 la cuesta de enero será complicada. “Pareciera que la cuesta de enero es algo a lo que estamos destinados porque, desde que se tiene conciencia, las familias han atravesado por esta situación año tras año. Cuando en realidad, si tomáramos responsabilidad podríamos prevenir esta situación o enfrentarla con los mayores elementos posibles”, afirma Leticia Armenta, doctora en Economía y docente de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey. Y es que los mexicanos están dispuestos a gastar hasta un 90% de sus ingresos en Navidad, en regalos, vacaciones y cenas, indica una encuesta realizada por la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda.
La falta de cultura financiera no permite tener conciencia de los límites económicos. No realizar un presupuesto donde se tomen en cuenta los ingresos y los gastos, hacer compras de pánico para los regalos de Navidad o la cena, utilizar el aguinaldo para cubrir únicamente gastos navideños, así como abusar del crédito para este propósito son los principales errores que se comenten para llegar a la cuesta de enero con endeudamiento, refiere Kathy Quintero, representante de dicha reparadora de crédito.
Ante este contexto, ¿qué acciones se pueden llevar a cabo para sobrevivir a la cuesta de enero?
1. Ser consciente de los ingresos reales y los gastos
Adolfo Albo, director de educación financiera de BBVA Bancomer, aconseja hacer un registro de los gastos, en el cual es importante diferenciar correctamente entre los fijos (los recurrentes y constantes mes a mes como renta, servicios, créditos de auto) y los variables (los esporádicos como ropa, calzado, comidas fuera de casa). “Al terminar el mes, revisa en tu registro qué gastos variables puedes disminuir para incrementar tu ahorro”, recalca.
Particularmente en enero es recomendable agregar a los gastos las mensualidades de las compras de Navidad que se hicieron a crédito, además de las efectuadas durante el Buen Fin, asevera Quintero.
Asimismo, no hay que cometer el error de considerar las tarjetas de crédito como un ingreso extra, “pues sólo son instrumentos que dan capacidad de pago momentáneamente, pero en realidad es un compromiso que estamos estableciendo a futuro, pues el gasto de la tarjeta después se le tendrá que restar al ingreso cotidiano”, dice Armenta.
En este punto es vital “tener claros los límites de ingreso y los compromisos de gasto para conocer los márgenes en los que nos podemos mover”, sugiere la especialista.
2. Armar un presupuesto
Una vez que se han establecido los gastos fijos y variables, se debe elaborar un presupuesto en el que se prioricen los gastos necesarios para eliminarlos durante el mes de enero y así tener mayor liquidez. “Si aun haciendo esto descubres que ni quitando los gastos hormiga puedes cubrir tu deuda, entonces hay que buscar un ingreso extra en esta temporada para tener solvencia”, aconseja Quintero.
Una manera de armar el presupuesto es segmentar el ingreso en cuatro o cinco cajones que se identifican en los dos conceptos de ingresos y gastos, recomienda Armenta. Por ejemplo, un cajón sería la renta y otros el alimento, el transporte y las deudas.
Albo agrega que es necesario también “definir cuánto dinero ahorrarás y considerar intocable el dinero que vayas juntando hasta completar el total que necesitas. Define los periodos en los que separarás el dinero y no olvides destinar una parte para imprevistos, para que cualquier eventualidad no afecte tus finanzas”.
3. No caer en tentaciones
Ser disciplinado es clave, aunque -según Armenta- es culturalmente difícil serlo. La economista considera que “sin disciplina de nada sirve el esfuerzo de hacer conciencia y organizar un presupuesto si no nos apegamos al plan para salir de esta situación (la cuesta de enero) en el menor tiempo posible”.
La temporada de rebajas en todas las tiendas departamentales es una tentación para no seguir el presupuesto elaborado. No obstante, para evitarlo, Quintero aconseja evaluar las promociones. “Los descuentos del 5%, por ejemplo, no son una gran oportunidad para comprar. Hay que identificar la liquidez que se tiene con base en el presupuesto y hay que comprar con efectivo, no con crédito”, recalca la especialista de Resuelve tu Deuda.
Asimismo, antes de adquirir un bien, ya sea perecedero o duradero, se deben comparar más de dos opciones. Y sobre todo, hay que evaluar qué artículos son realmente necesarios.
«Comprar de más suele convertirse en un desperdicio que resta capacidad para otros gastos monetarios en el futuro», añade Armenta.
4. No adquirir más deuda
Pedir un préstamo bancario u otra línea de crédito para cubrir las deudas actuales no es la solución, pues “a la larga se vuelve una bola de nieve porque la deuda crece. La opción puede ser negociar la deuda con el banco o hacer una reestructura con los acreedores”, aclara Quintero.
Otra manera en que una deuda puede incrementarse es cuanto el tarjetahabiente sólo paga el mínimo, pues estos pagos se van hacia el capital y no hacia los intereses. La recomendación es abonar una cantidad mayor para liquidarla cuanto antes.
Además, dice Armenta, hay que considerar que el hecho de que tengamos precios más elevados obliga a todas las variables económicas a ajustarse y una de esas son las tasas de interés.
“La presión inflacionaria obliga a que el Banco de México busque formas para disminuirla y el instrumento clave son las tasas de interés, que irán a la alza tanto por el efecto cambiario como por el efecto de la inflación”, acota la experta del Tecnológico de Monterrey.
FUENTE:https://www.entrepreneur.com/article/287566
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